miércoles, 17 de diciembre de 2008

Haciendo Boca: Sea Monsters


Veamos un poquito lo que corría antaño por los mares.

sábado, 13 de diciembre de 2008

El Origen

Esta es una imagen del que suscribe por allá por 1980-81, es decir, que ya han pasado unos cuantos junios. El "peludo" se llamaba Tobi, al que llevo desde siempre en mi corazón. Él fue el primero ¡Qué grande!

En fin, que con esta edad recibí mi primera colección de libros: "El Mundo de los Niños". Y uno de los libros de esta colección fue lo que despertó en mí esa fascinación por los seres a los que dedico este blog. Se tocaban todos los "palos", pero desde luego que el apartado dedicado a los dinosaurios lo tenía más que bien rentabilizado.

A patir de ese momento, cualquier cosa que acabara en "saurio" rápidamente llamaba mi atención. Estaba hasta tal punto "atrapado" con el asunto que, hasta años después, tenía mareado a más de uno con mis "excavaciones científicas" en Náquera y que posteriormente se convertirían en la risa y guasa del grupo, y mientras tanto yo entre campos de garroferas y viñas con una azada pensando que a poco bajo tierra iba a desenterrar no sé qué diablos. Y por circunstancias de la vida misma, lo que uno soñaba de pequeño en eso quedó, en un sueño. Ya me veía yo estudiando paleontología, desenterrando huesos por aquí y por allá, pero estuve inmerso de la cultura de "eso no vale pa na", "eso son sólo piedras" y uno al final acaba siendo "práctico" y estudia lo que acaba demandando el mercado.

Aquella época me trae al recuerdo a una profesora de 2º de EGB que se llamaba Isabel. No recuerdo si era originaria de un pueblo del interior de Castellón, pero que con mi edad y viviendo en Valencia me sonaba tan lejano... La cuestión es que yo estaba tan fascinado con este asunto que la mujer, cuando marchaba al pueblo algún fin de semana, siempre se acordaba de mí y me traía "caracolas y conchas" fósiles. También me enseñaba a limpiarlas con un cepillo y yo, posteriormente, viviendo en la ignorancia, algunas de ellas las metía en un vaso de agua para ver si conseguía resucitar alguna después de tanto tiempo... Cuando las sumergía en agua algunas de ellas durante unos instantes lanzaban burbujas por el aire que tenían atrapado en alguna cavidad y a mí se me abrían los ojos pensando ¡Madre mía! ¡Que está viva!  Ratos después, mi gozo en un pozo.

En fin, que poco a poco iréis conociendo mis facetas "dinosaurianas" del pasado, tan sólo es cuestión de "tiempo".

Hasta el próximo post y que nadie me meta prisa.