
La mujer con la que aparezco en la foto, es la mujer que me trajo al mundo, María, o al menos esa es la versión oficial durante 34 junios :))) La cuestión es que el título de este post algo tiene que ver con ella. Y tiene algo que ver porque si por algo nos hemos reído con mi madre, que conste que ha sido una risa bien sana, ha sido porque tiene un vocabulario bastante particular (desafortunadamente no nació en tiempos en los que ir a la escuela era algo tan fácil ni tan accesible como lo es hoy).
En fin, que tan sólo unas muestras de su verborrea: rembolque = remolque, balbino = vampiro, virgilar = vigilar, anaclán = alacrán, vetelinario = veterinario, silba = simba (el nombre de mi perra), etc, etc, ... Vamos, que tengo una madre con una culturilla a la vez que particular divertida.
La cuestión es que mi padre era fontanero y, cuando uno ya no era tan pequeño, se iba con él para "aprender el oficio", aunque la verdad, aprender no aprendí, pero a lo de correveidile le saqué bastante rendimiento. Así que entre recado y recado, el que suscribe se iba sacando alguna pesetilla para gastársela en el mercado del jueves ¿Y en qué me gastaba esas "perras"? Pues en mi afición de aficiones: Dinosaurios de plástico bien majos que vendían en un puesto del que todavía me acuerdo bastante bien (parece que fue ayer). Y aquí viene el quid de la cuestión, pues para mi madre no eran dinosaurios, sino bichos feos o SINOSAURIOS. La verdad es que hice una buena colección, la cual, muchos años después, debe andar escondida por algún rincón de la que fue mi casa y es casa de mis, nunca mejor dicho, queridos padres. Espero algún día poder recuperarla e ir aportando fotillos a este lugar para vacilarlas, je, je...
En el próximo post ya comienzo a entrar en materia.